Yue Di Cheshire's ID

Nimbasa city, una de las ciudades más modernizadas de Teselia y la tierra natal de Yue.
Vivió con su padre en esa ciudad durante más de 12 años, conoció y exploró sus alrededores, se asombró con su modernidad y, sobre todo, admiró a los ídolos de la ciudad. Cualquiera podría decir que una chica normal idolatraría a Kamitsure, pero a Yue poco le importaba esa líder de Gimnasio, ella tenía una gran admiración y respeto por los Subway Masters, Kudari & Nobori.

Su padre, un viudo sencillo y tranquilo que solo deseaba lo mejor para su hija, era un fiel mecánico que trabajaba en el metro de Nimbasa. Por lo que ocasionalmente se veía en la necesidad de llevar a su pequeña hija de 5 años a su trabajo. En un principio, hacia que la niña permaneciera todo el tiempo a su lado, sin quitarle los ojos de encima, hasta que, en un ajetreado día, la traviesa Yue desapareció de la vista de su padre.

La aventura de la pelimorado de 5 años comenzó por explorar la zona de controles del inmenso lugar al que llamaban central. Al no poder alcanzar aquellos lindos y brillantes botonsitos por más que lo había intentado, terminó por irse a otro lado por la pereza de treparse a algo. Su recorrido continuó, pasando del cuarto de control al cuarto de máquinas, aunque prefirió pasar éste lugar por alto al momento en el que escuchó el horrible ruido que había dentro. De ésta manera, se había encaminado a la zona de abordaje, donde se encontró con variados pokemons y entrenadores, comenzando a jugar con todos los que podía. Pronto se encontró jugando con el lampent de algún entrenador... que resultó ser el de Nobori.

El padre de Yue, al encontrarla jugando con los pokemons de sus jefes, no supo qué hacer más que disculparse, mientras la niña jugaba despreocupadamente con aquellos pokemons que le doblaban la altura. Pese al pequeño alboroto que había causado la niña de 5 años corriendo sola por la estación y jugando con pokemons de todo tipo, en lugar de despedirlo o reñirle tan solo le dijeron que tuviera más cuidado con su hija.

Luego de ese día, las visitas de la niña que solía escaparse de casa o de la guardería comenzaron a hacerse más frecuentes, al punto de que gran parte de los trabajadores le conocían y casi cuidaban por las cosas que solía hacer, como subirse a los vagones solos y tratar de controlarlos por dentro o llevarse al Eelektross de Kudari en uno de los vagones de servicio del metro. En ningún momento hizo algo que pudiera afectar la integridad de algún pokemon o algún tercero, ella solo iba a divertirse.

Cuando tenía 12 años, comenzó a salir de la ciudad con sus patines, a explorar zonas que no estuvieran tan modernizadas como Nimbasa. Solía ignorar el hecho de que habían pokemons salvajes por ahí y rondaba las hiervas altas, patinando por todos lados. En una ocasión, mientras exploraba una área desconocida, cuando accidentalmente arrolló la cola de un Liepard y éste le comenzó a perseguir por un laaaargo camino, hasta que resbaló por una colina y rodó cuesta abajo. Quedó inconsciente por quién sabe cuanto tiempo, lo siguiente que recuerda es ver un Galvantula, un Chandelure y  varias sombras acercarse a ella. Desde ese día, le tiene algo de miedo a los Liepard y los Purrloin.

Tras un corto tiempo en el hospital, Yue convenció a su padre de que estaba harta de la modernidad de Nimbasa City y que deseaba ir a conocer otras regiones e incluso entrenar pokemons. Su padre estaba algo preocupado por esto, pero tras ser convencido por Nobori y Kudari, le dio permiso de marcharse a Lacunosa Town, donde vivían sus abuelos.

De ésta manera, Yue viajó hasta Lacunosa Town con sus abuelos, quienes le sorprendieron entregándole un pequeño Axew varicolor recién nacido del huevo.
Cuando recién llegó a su nueva ciudad, sintió curiosidad por la leyenda de un monstruo congelado que atacaba el pueblo por las noches, así que decidió quedarse despierta junto con su Axew para ver si era cierto. Vaya sorpresa se llevaron al ver volar sobre sus cabezas a un inmenso pokemon, frío como el hielo. Fue entonces que ella se prometió a sí misma el capturarlo o, por lo menos, tener una batalla digna contra él.

Después de cinco años criando pokemons, explorando las montañas congeladas de Lacunosa Town en busca de aquel maravilloso pokemon y sobreviviendo a un tipo de vida realmente diferente al que solía tener, su padre y abuelos le dieron el permiso de irse a otra región y probar suerte en la liga pokemon. Pese a que le insistieron en que probara con la liga de unova, Yue jamás cambió su parecer de viajar a Kalos.

Y así fue como comenzó su viaje hacia Kalos...

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