{ID} Kido - The little shooting star!

Time to shine!

- Datos del Personaje -

General

Nombre completo: Kido Sugihara
Edad: 15
Género: Masculino
Pokémon inicial: Spritzee
Región: Kalos
Pueblo: Camphrier Town
Orientación sexual: Heterosexual
Ocupación: Entrenador Pokémon

Personalidad

Alegre y soñador, Kido es un chico con la cabeza en las nubes. Confianzudo y siempre dispuesto, no es raro de él hacer amigos con facilidad a donde sea que vaya. Su carisma y energía, características aniñadas que se acoplan a la perfección con su minúscula imagen como la de un crío, ganan facilmente a las personas a su alrededor.

A pesar de que su incredulidad y despiste lo vuelvan un blanco fácil ante la manipulación, eso no lo convierte en un chico tonto y a veces los mejores planes pueden venir de él si se lo propone bastante. Cuando era pequeño no solía juntarse mucho con los demás niños de su edad, no tenía demasiados amigos a pesar de su buena intención y eso lo amoldó en una persona bastante insegura y dócil cuando de compañía se trata.

Kido detesta estar solo, decepcionar a los demás o molestar con su actitud. Es muy susceptible respecto a estos temas aunque bien lo disimule, y más de una vez la búsqueda de la aceptación del resto acabó con él metido en varios graves problemas.

Apariencia

Kido es un joven difícil de pasar por alto a donde sea que vaya, no sólo por su energética personalidad sino también por su peculiar apariencia.

A pesar de que su escasa altura (apenas alcanzando el metro cincuenta y cinco) y menudo cuerpo no son características muy favorables a la hora de dejar una impresión en los demás, sí lo son el peculiar color de sus brillantes ojos y corto, lacio y desarreglado cabello, ambos de un vivo verde manzana.

Aunque su ropa diaria diste de ser extravagante, hay un accesorio que siempre lo acompaña y jamás falla en llamar la atención de la gente: un gran par de goggles rojos. Ya sean en su cabeza, colgados del cuello u oscilando en sus manos, ni en la más caprichosa de las formas es posible ver a Kido sin tal preciado objeto.

Ahora bien, aunque su vestimenta normal no sea muy vistosa, eso da un giro de 180º cuando de concursos Pokémon se trata. El muchacho hace honra a su alegre ser con un vivaracho traje que combina el anaranjado, cían y rojo en musculosa, chaleco, pantalón, botas y muñequeras, sin olvidarse por supuesto de su par de goggles rojos.

Historia

Ah, Camphrier Town.

Un pequeño pueblito simple y pintoresco, habitado por gente simple y pintoresca. Aire fresco, buen clima, dos enormes castillos a menos de 10 minutos de caminata, cuatro grandes muros que parecen dividir el lugar del resto de la ruta. Todo lo que se puede pedir para muchos, pero no para el joven Kido Sugihara.

Kido es el hijo menor de una familia de cuatro, compuesta por su padre, madre y hermano mayor Tatsuhi. Tatsuhi se había marchado de la casa con él teniendo tan sólo 5 años para cumplir el sueño de toda su vida: ser un excelente aviador. El único recuerdo físico que quedó de él fueron un par de goggles con los que jugaba de pequeño, que inmediatamente pasaron a ser el tesoro del peliverde muchacho. Pero ésto no fue todo lo que Tatsuhi le dejó al chico. Aparte de un montón de buenas memorias de ratos que pasaron juntos, Kido guarda en su corazón una frase que constantemente solía decirle su hermano:



Rechazando la apacible vida de Camphrier Town, desde que era un crío Kido ya pensaba en grande. Solía pasarse las tardes pegado a la TV durante los especiales de Concursos Pokémon o salir a corretear por la Alameda del Palacio Cénit o la Ruta 7. Pensaba ser un Coordinador, entrenador, líder de gimnasio, campeón de la liga o el rey del universo.
¡O incluso todas a la vez!

Sus ideas cambiaban a diario y tan seguido como el de pantalones, pero una sola se mantenía eternamente en pie: sea lo que sea que hiciera con su vida, quería tener pokémon a su lado. Desde pequeño había aprendido a amarlos y apreciar cada oportunidad que tenía de pasar tiempo con ellos, siendo que en su casa nadie era dueño de un pokémon.

Cuando tenía 8 años no había una sola persona en los alrededores que no supiera de él. El energético enano peliverde y con la cabeza llena de helio. Era raro dejar pasar a un chico tan inusual como ese. Casi tan inusual como lo había sido su hermano. Su carisma y buen espíritu le consiguieron por esas épocas una suerte de "trabajo" dentro de la guardería pokémon cercana a su casa, ayudando a los cuidadores a hacerse cargo de los pokémon que eran dejados en aquel lugar. Conservó su puesto voluntario por varios años, incluso hoy en día de tanto en tanto va a visitar y colaborar en lo que puede.

Dos años más tarde de su entrada a la guardería pokémon, Kido daba un pequeño paseo por los campos de flores de la ruta 7 cuando encontró entre las mismas un pequeño Spritzee severamente lastimado, probablemente a causa de algún pokemón salido de la arboleda. Teniendo compasión por la pobre criatura, lo tomó como pudo en sus brazos y, evitando picotazos y aleteos defensivos, emprendió la vuelta a la guardería. Sabía que allí sería el mejor sitio para llevarlo, a falta de centros pokémon cerca o forma de sanarlo en su hogar.

Durante varios agotadores meses Kido se hizo cargo completamente de ese huraño Spritzee quién, aunque receloso al principio, con el tiempo comenzó a mostrar una faceta más amable a medida que sus heridas curaban. Para el día en el que hubo estado completamente bien, el muchacho había hecho un nuevo amigo.
Su primer —y hasta hoy gran— amigo pokémon.

Vivió grandes experiencias acompañado por su Spritzee, ya no se sentía tan sólo como antes siendo la "oveja negra" del simple pueblo a orillas del castillo. Pero la mejor de todas llegó el día en el que sus padres, entrando a la habitación con cinco pokebolas y un buen fajo de dinero, le concedieron permiso de salir a explorar Kalos por su cuenta en su propia aventura pokémon.

Y ahora, de la mano de su perfumado compañero, Kido está dispuesto a llevarse el mundo por delante y convertirse en el mejor Coordinador que hay.